lunes, 30 de agosto de 2010

El despertar del "monstruo" interior

La criatura que hoy voy a probar de definir se podría decir que está basada en las Freudianas teorías del Ello, el yo o el superyo, pues desde mi punto de vista es una mezcla perversa de todas ellas. La criatura con la que voy a jugar un rato sería lo que normalmente se lo conoce como sociópata. El monstruo del que me refiero habita en todos nuestros interiores, es esa parte que nos da miedo conocer e incluso aceptar pero que al final no es tan difícil acceder, solamente hay que pasarse por su jaula con una silla y un látigo, pero preferimos tenerlo a oscuras adormecido y supongo que es mejor así.

Mi teoría gira alrededor del cliché que todos tenemos un lado oscuro que desea salir, me refiero a ese monstruo que emerge cuando algunos están gritando o peleándose con los demás tras tomarse unas cervezas, me refiero a ese patético ser que pulula cuando se está masacrando a soldados en un videojuego o tiranizando a sus compañeros de trabajo injustamente. Pero todo eso es normal pues luego siguen siendo unos padres ejemplares, unos maridos idóneos o simples ciudadanos. Y es que yo creo que ese comportamiento no son más que pataditas del aborto viviente que reside en el útero de nuestra psique. Dentro de los ejemplos positivos de "monstruitos", tenemos a todos aquellos que eligen el arte y lo sacan a pasear con perversiones creativas de todo tipo que normalmente señalamos como malsanas. Pero yo estoy hablando de algo más que un diablillo travieso que surge en ciertas situaciones (que yo lo veo más como un "dejarlo a pasear con el bozal"). No, con dejarlo asomar la cabeza de la bolsa no es suficiente, el monstruo interior pide más y más y por el bien de los que nos rodean nunca debería de salir del todo, pues él reclama sangre, su propia justicia y se elige como ejecutor. El monstruo no puede salir del todo en la sociedad y en las veces que lo ha hecho, en casos excepcionales, se lo suele diagnosticar como psicópata, pero eso entra más en el tema de las patologías y lo mío es pura especulación blogera.

El monstruo del que hablo cuando nacemos no existe, sólo hay un ser puro, que desconoce el bien y el mal, no sabe nada del vértigo o el asco y puede hacer todo tipo barbaridades sin él darse cuenta, pero aún no hay perversión y alevosía, cuando crecemos, cuando nos educan, por dentro al monstruo lo sitúan entre las sombras pero también crece y su abanico de posibilidades también aumenta, tiene imágenes retenidas, palabras malsonantes, referentes monstruosos en la cultura como Hitler, Charles Manson y un largo etc.

Y aquí es donde discrepo en parte de Freud pues mi querido monstruo se encuentra por debajo de la conciencia, pero no es el subconsciente sino una parte de él; la consciencia se encarga de acallarlo, de censurarlo, sólo los locos no callan y se muestran sin máscara. Pero algo me dice que el monstruo elije antes que nosotros señalemos con un dedo, el monstruo interior no es necesariamente nuestro opuesto, no estamos hablando de un Mr Hyde. Quizás nuestro monstruo sólo quiere salir de vez en cuando y por eso puede provocarnos jaquecas o depresión: no desea hacer ningún mal, quizás sólo desea correr un poco por el campo y cazar alguna presa, dejémoslo entonces que los fines de semana escale montañas, que aulle por la noche y cuando esté cansado vuelva a su hogar, pero eso si, no le quitéis el collar ni la correa por si acaso se escapa alguna noche y haga de las suyas!

Nuestro lado oscuro visible, mal carácter, el ser mal pensados, no es más que un "monstruito" domesticado, el que no pueda controlarlo mejor que lo deje encerrado en el sótano, porque si me encuentro un monstruo salvaje ante mi, no respondo de mis actos!!! Y espero que vosotros hagáis lo mismo de mi si veis que pierdo el control, pero no, aunque no lo parezca, mi monstruito se pasea todos los días por este blog y la mayoría no le hacéis caso y hasta le dais de comer golosinas con vuestros comentarios. Sólo algunos le dais algún azote, pero no se lo merece, él nunca aprende y seguro que en el menor de los casos os morderá y os aseguro que tiene unos buenos colmillos.

Y bueno para terminar, dejo aquí una de las canciones más amables del LP más monstruoso de REM.


Circus envy

aqui viene ese sentimiento feo otra vez
bienvenido al animal feo
aguanto el aliento ante lo que cantas
mi pelota y cadena de piroacrobacia
no estoy temeroso, lo estoy liando
lo estoy liando

tengo mi cabeza de telescopio en el almiar
me estoy cansando del acto de circo del dodgeball
pon pimienta en mi café, me olvidé de gritar la orden

aquí viene ese sentimiento feo otra vez
haz sitio para el monstruo celoso
el hombre fuerte pateó arena en el bol de cereales del desayuno
he deletreado tu nombre con Oatios
el la ha liado, lo ha liado, lo ha liado

tengo mi cabeza de telescopio…

(eres mezquino, mezquino,…)
(eres provocador, provocador, me provocas…)

si yo fuera tu, correría de mi
ojala de verdad que yo fuera tu
cuando me pierda escalaré un árbol
y lanzaré una carga en tu cabeza
este monstruo en mi me da arcadas, lo has liado
lo has liado

tengo mi cabeza de telescopio…

(eres mezquino…
..

hueles celoso?
hueles celoso, celoso, celoso?

Letra sacada del blog artistaturista, que tiene unas muy buenas traducciones no literales de varios grupos y artistas, con unas interpretaciones de las letras que no dan pie a ningún tipo de malinterpretación, geniales las que pertenecen a Monster  aunque faltan you o mis preferidas de siempre como Bang and blame o What's the frenquency kenneth.

8 comentarios:

sentimental_mood dijo...

Aquí me aferro a uno de los más viejos, Platón, y menciono "La estructura del alma: El Mito del Carro Alado"
Tú mismo tiras de las cuerdas, uno es el caballo blanco del que presumes, del que haces uso cotidiano y el otro, negro como la pez y cojo de una pata, con trote descontrolado quiere llevarte por su camino empedrado y hacer que el resto de la gente te señale con el dedo.
Estoy contigo en que al principio, esos dos caballos te querían y tú a ellos. La educación obtenida también te obliga a apreciar más la actitud del uno contra el otro, pero tarde o temprano el camino te obligará a dejar que uno lleve y el otro simplemente se deje llevar.
Lo que ocurre es que cada uno tiene su pequeño monstruo. El de unos es horrendo y sólo busca destruir al otro "caballo" y en el último caso, a su propio dueño.

El mio no es de los malos.

Yo dejo que mi monstruo camine y disfrute del paisaje, me meta en problemas y en otras ocasiones, en un ataque de frenética locura, me haga destacar de alguna buena manera.

Yo, desde aquí y con tu permiso, propongo que esta noche liberemos a esos pobres encadenados, a esos Hombres Elefantes que escondemos tras el gran saco de "lo correcto".

Yo soy de las que mataría al Doctor Frankenstein y se enamoraría del joven Prometeo que ha creado.

Liberemos nuestras criaturas...¡Quién sabe...quizá nos lleven por caminos maravillosos!

Alexandre Vaudeville dijo...

Permiso concedido.
He vuelto, para variar, he liberado a esa bestia salvaje que siempre reclama libertad, que me hayas querido acompañar en la distancia con tal atrevimiento me llena de un gozo febril.

Interesante el mito que me propones, salvo el de las cavernas desconozco todo el resto. Quien sabe, si me dejarán, más bien me cepillaría a Zeus. Y a Frankenstein, le diría que se utilizase a él mismo (su cerebro por ejemplo) como cobaya, seguro que el jorobado de Igor no le importaría echarle una mano con el tema.

¡Saludos!

Raúl Peñaloza de Moure dijo...

Yo he decidido hacer las paces con mi lado oscuro. Ahora convivimos bastante bien.

Salut!

Alexandre Vaudeville dijo...

Felicidades, Raúl, eso significa que has aprendido a sacar de él lo creativo como por ejemplo en las fotografías!

¡Saludos!

Manel Cano dijo...

Sacar el monstruo puede tener una consecuencia que, tal vez, no esperamos: Asustar a gente a la que queremos con el consiguiente, y a veces definitivo, alejamiento.

No está de más pensarlo dos veces...

Saludos.

janusz dijo...

Recuerdo que el tema de la agresividad era tratado en un antiguo programa de Redes. Y una de las conclusiones era que el responsable de nuestra agresividad se debía al cortex prefrontal, que es la parte del cerebro que se encarga de inhibir todas nuestras decisiones. Luego se planteaba la cuestión de si un psicópata con un cortex prefrontal que no funcionaba correctamente era realmente libre para decidir cometer o no un acto violento, y se llegaba a la conclusión de que no.
Tambien se decía que el ambiente y la cultura eran factores que podían potenciar conductas violentas, pero que estudios recientes de biología constataban que el volumen del cortex prefrontal es lo más determinante, y que en algunos psicópatas era de un 11% más reducido respecto a uno normal.
También se hablaba de problemas realcionados con el mal funcionamiento de los receptores de la seretonina, que es la hormona del placer. Que un cierto grado de agresividad es necesario para enfrentarse a algunas situaciones. Que el ambiente y la cultura moldean en un grado determinado nuestro cerebro, y por tanto puede hacernos desarrollar conductas agresivas. Y también la historia evolutiva, que es la queda grabada en nuestros genes.

Creo que es un tema interesante que plantea importantes cuestiones

Cendrero (Adm. El Busto de Palas) dijo...

¿Y se puede aprender a controlar a ese monstruo? Quizás sería interesante probar a convertirse en un Mr. Hyde para volver al Dr. Jekyll de vez en cuando. Como bien dices, eso es a veces en lo que consiste el arte.

También hay quien ha sabido encerrar por completo al monstruo dentro de un calabozo y no lo deja salir. Eso puede tener ventajas o desventajas, según cómo se mire...

Alexandre Vaudeville dijo...

> Manel, completamente cierto, en mi caso, ya te digo, mi monstruito tiene correa, lo llevo al parque donde correr, hace sus necesidades y de vuelta a casa. Lo malo es que hay gente que no es consciente de ello, que no saben usar su "otro" talento y se les escapa con quienes les rodean. Si se quedase en cuatro insultos no pasa nada, con el tiempo estas cosas van a peor.

> Janusz, debería de buscar ese capítulo de "redes" el cual promete, yo soy más de lo que creen que con un cortex prefrontal "dañado" poco se puede hacer. Pero una cosa es la agresividad, que sería falta de control y otra cosa es la maldad deliberada, no? Como bien dices, yo soy más de los que creen que la influencia del ambiente y la cultura influyen negativamente haciendo que con más facilidad nos comportemos de una manera u otra y en los tiempos que corren pues no es de extrañar lo que sucede cuando vemos en las noticias de actualidad las agresiones a la parejas, asesinatos por envidias, etc, en un mundo feliz, sin paro, con sueldos decentes, me imagino que nada de esto pasaría con tanta frecuencia.

Lo de la historia evolutiva me suena a maldición, pero lo cierto es que real, el mal carácter de los padres se hereda en los hijos.

Interesante aportación.

> Cendrero, no se si se puede controlar al monstruo, pero dejarlo suelto en situaciones específicas, si, eso hacen los artistas donde encima de un escenario hacen lo que quieren pero luego tienen vidas convencionales.

El monstruo completamente encerrado no creo que sea sano, pero al menos no hace daño a nadie, lo que pasa es que hay un potencial creativo o un motor emotivo desaprovechado.


¡Saludos a todos!