martes, 29 de junio de 2010

Sobre gustos si hay algo escrito (parte II)

Yo creo que hay mucho tipos de gustos tantos como sabores, tenemos los dulces, los amargos, los insípidos y los salados, así como las posibles mezclas entre ellos, ningún sabor es mejor o peor, depende de los gustos de cada uno. Sólo hay que encontrar las palabras adecuadas y opinar, no se trata de condenar ninguna de las combinaciones ni de mostrar unas normas inquebrantables, simplemente escribir sobre lo que nos apetece. Si bien, insisto, lo complicado es discernir que es mejor o peor, pero en la teoría no tendría que haber dudas entre los extremos: buen gusto y mal gusto. El resto es siempre algo personal.

Sobre gustos si hay algo escrito (parte I)

Voy a intentar superarme a mi mismo, a tirar alguna piedra del atrezzo (aquellas que rebotan cuando las lanzas) sobre mi tejado, lo que a continuación voy a esbozar es sobre la libertad de expresión, la censura, la auto-censura y el mal gusto. Se supone que los artistas no tienen este tipo de reflexiones, ellos crean, producen y todo lo que hacen, incluso sus defecaciones más vulgares son brillantes. No hay obra, proveniente de un artista (reconocido como tal) que por muy pretenciosa que sea con el tiempo no obtenga su reconocimiento y pase a los anales (en el sentido peyorativo) de la historia.

Y lo reconozco, yo soy el primero en admirar con la cabeza caída, trabajos mediocres que en mi infancia me convencieron, que supuestamente eran de gran calidad e incluso hoy en día, ya con un criterio más elaborado, con un gusto más refinado, me siguen maravillando esas excreciones artísticas tan personales. Por suerte, es en las obras sublimes de esos mismos artistas donde mi atención se centra y les perdono todas esas libertades que se tomaron; pero el mal ya está hecho. Me he comprado ya demasiados libros, discos y películas que si dejas a un lado los eslóganes de la promoción y las opiniones de ciertos consumistas descerebrados no valían, ni en broma, el precio que anunciaban. En definitiva, mal gusto.

lunes, 28 de junio de 2010

Bunbury: o como tener detractores y fans a partes iguales

Enrique Ortiz de Landázuri Izarduy, o sea Bunbury para los amigos y los fans, es un personaje único en el panorama musical nacional, tanto por méritos propios como por otros ajenos a su talento. Dentro de la banda llamada "Heroes del silencio" fue el cantante y letrista y grácias a ellos se hizo enormemente popular con unas canciones de rock muy inusuales para la época.


Lo que también es cierto que las pintas de "niño bueno" o hasta de "pijines" que llevaban en el videoclip no es para nada la imagen más popular de ellos. Sorprende ver a Bunbury con la guitarra colgada de bonito en la mayoría de la canción (a modo de playback), me imagino que todavía no tendría preparada las coreografías que tanto le distinguen de otras "rockstars" nacionales.

Ya en aquellos tiempos su posado era chulesco y ante la prensa soltaba comentarios que denotaban un ego bastante desbordado, por otra parte bastante típico de un grupo de Rock; a pesar de todo, por lo general, en sus palabras habían verdades como un templo y es que quien mejor para hablar de la industria musical que alguien que está metido dentro de ella, quien mejor para opinar de los procesos de creación musical o lírica (incluso cuando ha sido acusado de plagio en más de una ocasión) que alguien que trabaja en ello a diario. La veteranía es un grado y tras diez años al frente de "Heroes" quien mejor que él para hablar de las mentiras del rock'n'roll que alguien que las ha sufrido en sus carnes. Quien mejor que él para hablar de la fama cuando a él se le subió tanto en sus tiempo mozos y salió escaldado después.  Actualmente tenemos a un rockero educado y culto a la altura de un Lou Reed, aunque eso si, con el deje "mañito" en el acento en vez del neoyorkino.


Al contrario de la opinión popular de la mayoría de "fans" que he conocido, es en los últimos discos de "Heroes" donde se denota una mayor calidad musical fruto de la madurez de los años. Siendo su obra cumbre el último disco "Avalancha" grabado en Londres y en Los Angeles y producido por Bob Ezrin, un disco con una calidad sonora y compositiva fuera de duda.


No está de más comentar que la banda se separó por diferencias entre su guitarrista (y amigo) y él, me imagino que por serias discrepancias musicales, artísticas, de ego, etc... Sólo ellos dos saben con exactitud lo que pasó aunque nos podemos hacer una idea pues especular es fácil cuando examinas el perfil de ambos, quedando el del guitarrista como alguien humilde, sobrio y serio en su compostura.

La carrera en solitario de Bunbury no empezó con buen pie, su disco debut "Radical sonora" hacía honor a su nombre pues se alejaba demasiado del rock original de su anterior banda mezclando de manera excesiva bases rítmicas electrónicas machaconas con composiciones más o menos standard, destacaría pues "Salomé" con unos arreglos exóticos y "Alicia en el páís de las maravillas", una bonita canción de letra algo obsesiva y circular. Nadie dio nada por ese disco, hasta el punto que en directo fue abucheado en más de una ocasión. Y no es de extrañar porque el cambio no sólo se notó en la música sino también en la estética pues Enrique se había cortado el pelo y ahora en vez de llevar unas prendas "rockeras" ahora había cambiado hacía un look entre pijo y maquinero, lo cual no le favorecía mucho que digamos. Y hasta me atrevería a decir que todo fue un montaje publicitario de su compañía discográfica para renovarlo o reciclarlo a toda costa.

En este videoclip vemos la imagen que llevaba y un detalle de sus bailes tan característicos:


Aunque no lo he dicho anteriormente en un intento de objetividad, el "Bunbury" de "Heroes del Silencio" siempre me cayó muy gordo y tardé muchos años en darle una oportunidad a la música que hizo con esa extraordinaria banda y fue a partir de entonces cuando descubri los sutiles cambios en su manera de vivir la fama y pude entregarme de lleno a su carrera en solitario, disfrutándo de discazos como "Pequeño" o "Flamingos" o "El viaje a ninguna parte", incluso fui a verlo en directo en una ocasión y no salí para nada decepcionado, pues sabía a lo que iba. Aunque, eso si, no me declaro devoto del todo de su "show" ni de sus "pintas" de cowboy o de reencarnación viva (y española) de Jim Morrison y  me sobra el espectáculo, la pose. Yo creo que alguien con su talento no necesita adornarlo de esa manera, quizás lo hace porque ese es su personaje y se lo ha acabado creyendo, o quizás es un homenaje a sus ídolos a los cuales todavía se siente en deuda o simplemente porque es así de "payaso". Yo me quedo con la música, el resto se lo dejo a sus fans.

domingo, 27 de junio de 2010

Peter Gabriel III: a la tercera va la vencida

La carrera en solitario de este genial artista está llena de altibajos debidas a cambios en su formación, a giros estilísticos arriesgados y colaboraciones robustas y fructíferas que hasta el tercer disco nunca  llegaron a consolidarse como la de Robert Fripp o Kate Bush, por citar algunas. Y es por eso que me dedicaré a comentar un poco la carrera en solitario del que fue el cantante de Genesis hasta 1974, al menos hasta su tercer disco, que a pesar de no tener título los fans lo llamaron "Melted" por su portada. Y es que fue este LP en concreto el que lo impulsó definitivamente hacia un reconocimiento mayor y a un público más amplio; después del cuarto disco, también oscuro y sombrío, los siguientes tenían una menor orientación hacia la experimentación y eran un pelín menos íntimos aunque igualmente variados. Ya en los últimos años, cierto conformismo y fama le han hecho centrarse en un estilo muy particular y el lado más atrevido ha quedado a un segundo plano aunque no por ello su creatividad ha quedado afectada como ha pasado con otros músicos de su quinta.

sábado, 19 de junio de 2010

¡Cumpleaños infeliz!

El día que nací no fue especial, no vinieron los reyes magos a ofrecerme obsequios ni bajó ningún ángel a la tierra con una trompeta para anunciar mi llegada con un épico pregón. Mi nacimiento no fue el único, millones de madres dieron a luz a niños en ese día normal y corriente, no se ganó ninguna guerra, ningún muro represor cayó ni siquiera se encontró ningún remedio contra alguna enfermedad letal, el día que nací simplemente fue un día más.

martes, 15 de junio de 2010

Pink Floyd: The Wall

Es difícil empezar a escribir sobre un disco del que tanto se ha hablado en el pasado sin caer en más de lo mismo. Sobre la banda no hay mucho que decir, no se caracterizaron por la belleza de sus rostros ni por las fiestas que se montaron. Sólo se puede hablar de música y unos mastodónticos espectáculos que montaron como pocas bandas de su tiempo. Anteriormente habían sacados dos discos parecidos en concepción (Animals y Wish You were here) donde ambos trataban un concepto que arropaban con unas letras elaboradas acompañadas de largos temas y alguno corto, pero ninguno tan pretencioso ni doloroso como éste último. Nunca fueron una banda de singles, de "Wish you were here" sacaron la tristona canción que da el nombre al disco y de "Animals"  se despacharon con una breve canción "folkie" por decirlo de algún modo llamada "Pigs on the Wing". Si bien es cierto que en 1973 sacaron el disco más vendido en todo el mundo: The Dark Side of the moon (otra obra conceptual) donde había un único single efectivo; una canción de seis minutos llamada "Money", que en los directos aumentaban excesivamente su minutaje:



lunes, 14 de junio de 2010

Cualquier excusa es buena para no estudiar

El sistema educativo actual deja mucho que desear y no lo digo como estudiante, como trabajador ni como profesor, sino como un observador pasivo. Veo a las generaciones actuales, a las pasadas y algo me dice que no vamos bien. Los valores supuestamente aprendidos en las aulas no traspasan sus muros, la ignorancia crece cada vez más, la Tv, internet y los videojuegos parecen ser sus verdaderos maestros y la verdad es que distan bastante de ser ejemplares.

viernes, 4 de junio de 2010

The Lamb lies down on Broadway


Los Genesis de Peter Gabriel eran un grupo extraño, sus letras eran diferentes, sus composiciones no encajaban en los clichés habituales del Rock Progresivo, por otro lado no eran tan virtuosos como algunos de sus coetáneos; sus músicos, a excepción de Phil Collins y Tony Banks (batería y teclista respectivamente) no daban la talla entre los grandes del género, seguramente por esa razón, entre otras que comentaré, la clásica formación no alcanzó la repercusión mediática que se merecía con su disco más ambicioso: The lamb lies down on broadway.



Nos encontramos en el 1974, Genesis llevaban juntos desde el 1967 y parecía que ya era hora de hacer un disco grande, uno conceptual de la misma manera que "The Who" habían sacado su conceptual "Tommy" y Pink Floyd el año anterior estrenaron su "The Dark Side of the moon" y así fue, pero no para seguir adelante pues también fue el año en que Peter Gabriel decidió dejar la banda por diferencias personales con sus compañeros.

Aún dejando de lado la deserción o expulsión de su carismático cantante, si examinamos con detalle los anteriores discos de Genesis a mi se me antoja este  "The Lamb lies down on Broadway" como una especie de despedida pues en él, a modo de regalo, nos encontramos con los frutos recogidos de varios años de experimentación musical, donde coincide una música inspirada, que deja de lado los excesos marca de la casa mostrándonos unas composiciones entre cortas y de mediana duración, solamente restringidas por la conceptualidad de la historia. Tras esta descripción a más de uno le parecerá que esté hablando de cierto disco de los Pink Floyd: "The Wall".