viernes, 4 de junio de 2010

The Lamb lies down on Broadway


Los Genesis de Peter Gabriel eran un grupo extraño, sus letras eran diferentes, sus composiciones no encajaban en los clichés habituales del Rock Progresivo, por otro lado no eran tan virtuosos como algunos de sus coetáneos; sus músicos, a excepción de Phil Collins y Tony Banks (batería y teclista respectivamente) no daban la talla entre los grandes del género, seguramente por esa razón, entre otras que comentaré, la clásica formación no alcanzó la repercusión mediática que se merecía con su disco más ambicioso: The lamb lies down on broadway.



Nos encontramos en el 1974, Genesis llevaban juntos desde el 1967 y parecía que ya era hora de hacer un disco grande, uno conceptual de la misma manera que "The Who" habían sacado su conceptual "Tommy" y Pink Floyd el año anterior estrenaron su "The Dark Side of the moon" y así fue, pero no para seguir adelante pues también fue el año en que Peter Gabriel decidió dejar la banda por diferencias personales con sus compañeros.

Aún dejando de lado la deserción o expulsión de su carismático cantante, si examinamos con detalle los anteriores discos de Genesis a mi se me antoja este  "The Lamb lies down on Broadway" como una especie de despedida pues en él, a modo de regalo, nos encontramos con los frutos recogidos de varios años de experimentación musical, donde coincide una música inspirada, que deja de lado los excesos marca de la casa mostrándonos unas composiciones entre cortas y de mediana duración, solamente restringidas por la conceptualidad de la historia. Tras esta descripción a más de uno le parecerá que esté hablando de cierto disco de los Pink Floyd: "The Wall".

Por primera vez nos encontramos con unas letras que que se apartan del tema religioso y épico y se vuelven más personales apoyándose en el contexto surrealista-metafísico en el que se basa el viaje de su protagonista.  Es también un disco donde más que nunca se nota la dualidad del cantante, lo que más tarde quedaría revelado como un trastorno bipolar: temas alegres y marchosos (The lamb lies down on broadway, The grand parade of lifeless package, Counting out time, it...) con otros más tristes y oscuros (In the cage, the lamia, Fly on a Windshield, The chamber of 32 doors...).


Posiblemente, aunque Roger Waters nunca lo haya reconocido este disco debió de ser una fuerte influencia para que unos años más tarde, él y sus compinches creasen la opera rock por excelencia que pasó a la historia como unos de los discos más vendidos, el ya comentado "The Wall",  pues los discos conceptuales anteriores a este no eran más que canciones una detrás de otra con la misma tonalidad y con algunas pequeñas variaciones para "disimular". En "The lamb lies down" tenemos de todo, temas que recuerdan a otros, temas instrumentales, puentes, partes psicodélicas y una historia que empieza en la primera canción y acaba en la última.



Otra característica  que tienen en común "The Wall" y el comentado disco de los Génesis es que ambas representaciones en directo, a pesar de tener unos espectaculares montajes, nunca se publicó un vídeo oficial de los conciertos que se hicieron, seguramente este hecho también influyó negativamente en la obra de Genesis haciendo que quedase sublevada en la historia a un lento olvido. Por otro lado la producción sonora del disco dejaba bastante que desear por lo que seguramente la compañía discográfica apostó un mayor presupuesto en promocionar a otras bandas más ortodoxas y menos caprichosas, por no decir pretenciosas.



"The lamb lies down on Broadway" es casi un disco de culto  pues es facilmante olvidado para los fans acérrimos del Genesis de Phil Collins & co  e incluso también para los amantes de la parte más étnica-bailonga-alegre de Peter Gabriel. Méritos aparte de su "frontman" y principal instigador, mención aparte se merecen el resto de componentes pues no se puede dejar de lado la aportación de un Steve  Hackett muy inspirado que aportó  unas guitarras versátiles y todo terreno, seguido de un Tony Banks obsesivo y etéreo con unos sonidos sintetizados que crearon una atmósfera muy particular. El resto, Phil Collins y Michael Rutherford, como es habitual, no fueron más que unos excelentes músicos de sesión los cuales sin ellos todo habría sido diferente.


En todo caso, con el paso de los años no solamente unos pocos han reivindicado el disco y la formación clásica, sin él posiblemente Marillion y otras bandas por el estilo no habrían tenido el mismo éxito al éstos allanarles el terreno. También es curioso ver como a finales de los  90's Jeff Buckley se atrevió con un "cover" de "Back in N.Y.C." en una de esas maquetas que iban a formar parte de su segundo disco. Y como último una anécdota morbosa, tampoco hay que olvidar que Peter Gabriel dejó el grupo después de las gira del comentado LP por diferencias musicales con algunos de sus componentes y la verdad es que viendo el trabajo que posteriormente hicieron Genesis con Phil Collins al frente, tan diferente al  espíritu inicial de la banda, no me extraña que se marchase... y el resto ya es historia.







2 comentarios:

Unknown dijo...

Bueno, decir que los músicos de Génesis no eran tan virtuosos como los de otros grupos coetáneos me parece casi aberrante. Lo que ocurre es que Génesis tenían, entre otras, la gran virtud de no alardear de sus cualidades músicales, tal como hacían otros grupos (Yes, los Emerson...) que llegaron a caer en puro nihilismo musical. Dejas de lado a Steve Hackett como el gigante de la guitarra que era y es. Por eso no estoy para nada de acuerdo en lo que dices. Respecto a "The Lamb..." para mí es simplemente la cúspide del rock sinfónico, una obra maestra y seguramente irrepetible. En la época en la que se creó y se puso en movimiento la representación, Génesis era ya una perfecta máquina de creación de belleza. ¡Qué lástima no poder volver para disfrutar uno de aquellos memorables conciertos! Y qué pena que justo en ese momento se separaran. Aunque los dos siguientes discos aún me parecen inspirados gracias al talento y creatividad de Steve. Tras la marcha de éste sólo quedó el vacío y la superficialidad. En fin, es una opinión...se nota un poquito que soy fan del Génesis gabrieliano, no? jejeje Saludos.

Alexandre Vaudeville dijo...

José Luís, yo también soy "fan" de la época Gabreliana y coincido en tu opinión respecto lo que hicieron tras la marcha de Hackett! Una verdadera lástima de que se separasen, por suerte ambos componentes siguieron en senderos parecidos al inicio de sus respectivas carreras y nos quitaron un poco el mal sabor de boca de su separación.

Quizás me has malinterpretado o me he explicado mal, pero desde aquí te aseguro que me gusta la guitarra de Genesis, sus arpegios clásicos, ese pre-tapping, su sonido, esos solos tan épicos particulares pero técnicamente (almenos en los solos) está a kilómetros de sus fieras coétaneos. LO que hiciese en solitario ya es otro tema, habían pasado años para mejorar, etc... En todo caso, mi comentario es pura opinión! Evidentemente, Hackett era y es grande y dentro lo "progresivos" le prefiero a él y a David Gilmour (aunque quizás es más psicodélico/blues) antes que al resto de los guitar-heroes!

Saludos y gracias por comentar!