martes, 11 de enero de 2011

Californication: la excusa del blog

Actualmente hay muchísimas series de gran calidad para ver en  televisión o por internet, las tenemos para todos los gustos, de todos los tipos y para todas las edades. Californication, a pesar de sus "ratings" de audiencia, es una del montón, no nos dejemos engañar por sus cifras o por los comentarios de algún fan de Expediente X emocionado por el nuevo papel del ex-"Fox Moulder". Tampoco hagáis caso a los que se impresionan fácilmente por ver un par de pechos o pelo púbico. Eso si, la polémica está asegurada, hay erotismo, sexo, tendencias sado, infidelidades y travesuras varias.

La historia principal, como el propio nombre de la serie indica (a pesar de tener el mismo título que una canción y disco de los Red Hot Chillie Peppers), gira alrededor de las múltiples "fornicaciones" de su protagonista, un escritor sumergido en algún tipo de bloqueo creativo, alojado en la peculiar ciudad de California. Aparte del tema sexual, digamos para disimular, también se teje una trama de fondo que gira alrededor de probar de recuperar a su mujer y su hija, que tras su último best-seller (que acabó convirtiéndose en una mediocre película comercial) lo abandonaron por estar todo el día borracho y llevando una vida completamente insana.

La razón por la que me estoy molestando en escribir algo sobre una serie que vive de la polémica y del carisma de David Duchovny, no es precisamente porque recientemente me haya enganchado a verla, de hecho fue a finales del 2008 cuando la empecé bajo recomendación de una amigo y sólo he terminado la 1ª temporada (actualmente van por la 4ª). De hecho, debo de reconocer que me gustó bastante, cansado como estaba de ver las típicas series adictivas que empiezan muy bien pero tras la segunda o tercera temporada parecen un "nunca acabar" estirando de tramas infumables. Como iba diciendo, la razón por la que me he animado a soltar algunas palabras sobre Californication es debido a que el agente del protagonista le sugiere que para reactivarse creativamente escriba semanalmente en un blog bajo encargo cualquier cosa que le pase por la cabeza. Lo cierto es que el detalle del "blog" es algo completamente terciario, de hecho sólo, de vez en cuando se ve al supuesto escritor con un portátil Mac en las manos golpeando algunas teclas y... fin del episodio.

La gracia está (por decirlo de algún modo) que en mi caso, en el lejano 2008 no sabía nada del mundo de los blogs y jamás pensé que yo mismo dos años más tarde me crearía uno. Supongo que por entonces estaría de moda que los artistas tuvieran uno, hoy en día casi todas las celebridades tienen alguna página web, bitácora o publicación online, o como mínimo a todos los famosos que se les da mal escribir, también tienen el recurso de Twitter.  

A pesar de lo dicho, reconozco que no me he esmerado en dejarla bien, Californication no está tan mal como para no darle una oportunidad, de hecho tiene algo que la diferencia de la mayoría y que le hace ganar muchos enteros: cada capítulo dura menos de media hora (26 minutos aprox. incluyendo la obertura inicial), por lo que dada su temática, no aburre para nada y  para alguien que no dispone de mucho tiempo al día es todo un detalle. Por otro lado, la calidad de sus capítulos apenas baja, puesto que independientemente de la evolución de la historia, siempre encontramos los mismos ingredientes: sexo, alcohol, drogas, chicas bonitas y un protagonista desenfadado con un humor sarcástico muy particular (por no decir misántropo o misógino) con un don para cepillarse a cualquier jovencita en un abrir de ojos con el simple encanto de su reputación o su físico.

Me entran ganas de ver la segunda temporada, espero que no le suceda algo parecido como le pasó a Lost o Prison Break, por citar algunas de las más conocidas.

Actualización 20/5/2011: Voy por la tercera temporada, la serie ha ido a mejor, uno ya sabe lo que se va a encontrar, pero incluso así, hay giros de argumentos que dan bastante juego al protagonista e incluso los secundarios ganan bastante protagonismo.

Imágenes tomadas de:


jueves, 6 de enero de 2011

Empaches navideños o consumismo hivernal

La noche de reyes ha pasado y con el también la mayoría de empaches navideños, las copiosas comidas, las felicitaciones y la "obligación" de los regalos. ¿Y que he conseguido con todo esto? Pues muy sencillo: he engordado dos kilos y tenido mas gastos que en otro mes. Lo cierto es que el aumento de peso no es una cifra que me preocupe, de hecho  es lo más normal en estas fechas y cada año la cifra no suele oscilar mucho por encima o por debajo, simplemente me he parado a pensar y llego a la conclusión que, aunque sólo sea en el tema de engullir, también me he dejado llevar por los excesos, aunque una vez más me consuelo pensando que no he sido el único, solamente hay que ver el despilfarro de luz en las las calles más comerciales y podemos seguir viendo la cantidad de gente que circula por ellas, seguramente yendo de compras, que si regalos,  abetos, figuritas de pesebres, aparte de para llenar la despensa con todo tipo de alimentos de la época, lo malo es que para estas fechas todos los productos suben de precio para luego volver a estabilizarse tras las rebajas de enero...

Entiendo a la gente misántropa que odia la navidad o sus excesos, referido al consumismo desmesurado o las  copiosas comidas en familia (sobretodo cuando eres vegano), entiendo que los ecologistas se enfaden cuando ven el corte indiscriminado de abetos (que pasadas las fiestas se tiran en el container), etc. Por otro lado, no hay que ser ateo para despreciar la navidad cuando ves  la cantidad de pesebres, de canciones infantiles de temática religiosa sonando por doquier, cuando sabes que detrás de esta intención religiosa hay un negocio. Pero en realidad lo anterior comentado no me importa, a fin de cuentas, a lo largo del año hay otras celebraciones religiosas que se convierten en festivos y muy gustosamente disfruto, lo único que realmente me incomoda  son los mensajes navideños o de paz (especialmente el torpe discurso del Rey), que parecen más una especie de imposición u obligación SÓLO para estas fechas. 

 Sin embargo, creo que lo mejor de estas fiestas, para los que sean glotones, son los turrones, polvorones y dulces varios en las copiosas comidas familiares y si uno no tiene "mal rollo" con la familia, pues al menos en las "hipócritas" quedadas uno llena el buche. Y para los que tengan "buen rollo" esas reuniones  son como un día "facebook", donde sin nosotros pedirlo, solamente escuchando conversaciones ajenas, la gente nos actualiza de sus vidas. Lo único que no me agrada de esta situaciones, como ya he dicho antes, es que familia sólo se reúne para las navidades y los funerales, una perspectiva un poco tétrica en el último caso.

Sería fantástico que durante todo el año se hicieran maratones para enfermedades, o recogidas de comida para los niños pobres, o los no tan niños sin el empaque navideño, estaría bien poder regalar algo a nuestros hijos sin tener que fingir que lo han hecho los Reyes o Papa Noél, pero no es así, solamente les hacemos regalos por imposición (cumpleaños, santos) o como premio cuando han aprendido o conseguido algo.

Aún así reconozco que me ha gustado la película de  "Los fantasmas atacan al jefe" aunque  no tanto por la navidad sino por el cretino pero carismático personaje de Bill Murray. Ah y también la de "Pesadilla antes de navidad".

Imagenes anti-navideñas de:

http://www.morenaescribe.com/meditaciones/el-complejo-de-grinch/
http://www.fotolog.com/animales_unidos/71478214