viernes, 13 de agosto de 2010

Musa-araña

Hay quien el material que utiliza para escribir es el de la ficción, ya sea la épica, histórica, religiosa, etc, otros solamente observan el escenario ante sus narices en el día a día y toman nota. Tenemos a los plagiadores que cogen de donde sea sin avisar y lo mezclan todo con criterios ajenos quedándose con la autoría para presumir o sacar tajada. Tenemos a otros, los que torturados por sus recuerdos se basan en musas místicas creada por ellos. Hay quienes sacan a pasear a su demonio particular mientras escriben y dicen que sólo es una mascota maleducada. Y finalmente tenemos a los que pudiendo hacer algo de provecho, miran a las musarañas sin complejos mientras se fuman un porro y se quedan tranquilos, como el mono de la foto.

Todos tenemos una "musa", algunos la utilizan con fines creativos, otros sólo se quedan mirando las musarañas; porque, no lo neguemos la mayoría son muy bonitas. La inspiración puede venir de muchos caminos, algunos la llaman musa y piensan en una persona, otros necesitan "colocarse" para llegar a un éxtásis, otros solamente con meditar ya alcanzan ese nivel, otros necesitan empezar a escribir sobre algo y dejarse llevar, otros necesitan escuchar música o mirar un paisaje y un largo etecetera.

A mi me interesan más las telas de araña, sumergirme en esas bellas (y algo asquerosas) conexiones de mis pensamientos, empezar por un hilo y seguir por otro y al final ir al centro y acabar atrapado en la red y ser comido por la araña que soy yo. Pero no pasa nada, sólo era una pesadilla, al despertar soy yo el que recibe el banquete creativo.

No se porque esos animales tan majos llamados musarañas reciben ese nombre formado por la palabras musa y araña, podría ser que ellos fuesen los responsables de arañar a las pobre musas cuando duermen. O quizás es porque esos mamíferos tan minúsculos tienen algo común con las arañas, pero que yo sepan ni tejen redes ni suben por las paredes, quizás es porque se alimentan de ellas entre otros insectos

Todo un misterio.

5 comentarios:

Jordi M.Novas dijo...

ecsribir debe ser un viaje hacia lo decsonocido.

sentimental_mood dijo...

Las musarañas, ésas ratas bondadosas y con las que nunca me he topado aún...
Yo soy de las que escribe de las sobras, de aquello que le viene a la mente en los lugares más incómodos. Las musas nunca me han tratado bien, nunca. Me acorralan en las esquinas sin lápiz ni boli ni nadie a quien aferrarme. En los ascensores, encima de alguien, debajo de los puentes o entre sueños. Nunca podré escribir un libro a no ser que mejore mi memoria o me llene de artimañas para poder apuntar todo aquello llega y pronto se va...
Cuando me pongo frente a la hoja en blanco o delante de unas teclas, es entonces cuando las musarañas se atreven a roerme suavemente los pies.
Interesante esta mezcla lingüística. Ambas necesarias, musas y arañas y demás.

Alexandre Vaudeville dijo...

> Jordi M. Novas, buena apreciación, a mi me gusta pensar que escribir es la prueba del viaje interior, pero que éste lo hacemos cuando pensamos, cuando hurgamos en el interior de nuestros pensamientos, lo que no le damos importancia porque no queda plasmado en palabras. EL viaje se hace cuando se contempla un cuadro, leer un libro, escuchas una canción, etc, Hurgar en lo conocido es un buen ejercicio de masoquismo.

> Sentimental_mood, yo siempre llevo un boli (o dos si dudo de alguno de ellos) y algunos papelajos doblados en el bolsillo o una libreta si llevo algo con que llevarla (a las malas recojo papeles del suelo que tengan donde escribir, folletos publicitarios, lo que sea) o a través de la cámara de fotos grabo un vídeo donde sólo me interesa el audio y suelto el esbozo de lo que luego a la noche rellenaré y adornaré.

Yo también paso de musas...

Gracias por vuestras respectivas inspiraciones!

Cendrero (Adm. El Busto de Palas) dijo...

Yo siempre he tenido la necesidad de inspirarme con buena música antes de escribir cualquier cosa. Cuando me siento para escribir una entrada del blog, siempre me paro unos minutos a escuchar alguna canción que me ayude a relajarme y a concentrarme en lo que hago. Sin hacer nada más, sentado, con los auriculares puestos y la música sonando sin ninguna otra molestia.

Sin miedo a equivocarme, puedo decir que mi musa es la música, una afición que me ayuda a desenvolverme por el resto.

Y lo curioso es que cuando se me mete una canción en la cabeza, no puedo hacer nada sin haberla escuchado antes XD Por ejemplo, durante éste último mes he escuchado prácticamente todos los días la magnífica canción "San Francisco (Be Sure to Wear Flowers in your Hair)", de Scott McKenzie. Adoro esa canción :D

En fin, que me desvío del tema... Una misma musa sirve tanto para inspirar como para mirar las musarañas (incontables veces me he quedado atontado mientras escuchaba un disco, sin hacer nada excepto mirar a esas famosas musarañas).

Es decir, que todas estas musas tienen como único fin el despejar la mente, lo cual aumenta la creatividad o atrae musarañas.

Alexandre Vaudeville dijo...

> Antonio, vaya, pues yo hago al revés, me lavo la cara y luego el café, jaja! Bueno, en mi caso es cuando me levanto, de noche si tomo café ya no me lavo la cara, total nadie me ve. Dicen que para mantenerse despierto el agua fresca en las muñecas también "despeja" así como masajes en la sien, en los ojos, etc.

> Cendrero, me ovlidé de responderte el comentario, también soy de los vuestros, buena apreciación. Por cierto, preciosa canción la que me dejas; de los sesentas, que curioso. ;)

Saludos a ambos!