lunes, 25 de julio de 2011

Esplendor americano: película-cómic

Se rompe la norma, la película no es mejor ni peor que el cómic. La película es un complemento, un review, por momentos ni siquiera parece un film sino una especie de documental ya que en algunas escenas aparece el verdadero protagonista, como no, hablando de si mismo. Vale, vale, esto pide una introducción un poco más decente. 

Hace unos días vi la película American Esplendor, básada en el cómic del mismo nombre, la historia, casi al 100% basada en hechos reales, trata de la vida de Harvey Pekar, también llamado así en el cómic, un personaje o persona, con una vida bastante aburrida, depresiva, aunque lo más acertado sería utilizar el adjetivo melancólico. Básicamente su vida es el trabajo, un simple operario que se encarga de mantener un archivo, que  en su tiempo libre le gusta escuchar música, que intenta vender sus vinilos viejos y probar de rehacer su vida tras varios fracasos matrimoniales y, ya puestos, de encontrar alguien con quien compartir los años que le queden. Evidentemente, ambos productos, película y cómic están llenos a reventar de un humor bastante agridulce; nos reímos o mejor dicho, sonreímos de sus desgracias, de su desgarbado aspecto físico, porque sabemos que podríamos ser él, pero no, sólo estamos leyendo un cómic o viendo la película.

Creo que no hace falta comentar que American Esplendor tiene un ritmo lento, su lectura y visionado no son para los amantes del cine moderno, ambos productos son una obra underground no recomendada para personas felices y sonrientes, para nada indicado para personas con profundas tendencias suicidas o depresivas, sino para eso, para personas melancólicas, abiertas de mente, que no tengan miedo de mirarse delante de un espejo y empezar a ver defectos y asumirlos con la pasmosa facilidad de la sumisión o la autoparodia. 

El concepto de American Esplendor me fascina, es como escribir un diario personal, pero con viñetas, el personaje se nutre de la persona y viceversa, no estamos hablando de lo habitual donde el artista mezcla su yo con otros personajes creándolos de mezclas medio aleatorias a través de la realidad, no, aquí lo real es casi casi, al menos en la intención, un duplicado personal de lo visible y comprensible. Y claro, el mérito de esto es que por encima de todo, un producto tan personal y anticomercial, que empezó gustando a unos cuantos que más tarde han sido unos cuantos más y al final hasta se hizo una película. Como he dicho antes, American Splendor siempre ha sido un cómic más o menos underground, nunca le dio a su guionista los suficientes ingresos como para abandonar su aburrido trabajo, hasta que se rodó el film y recaudó lo suficiente. La vida es injusta, sin duda alguna.


Del dibujo que puedo decir, han pasado varios dibujantes, algunos han retratado a Harvey Pekar de manera más o menos glamourosa, otras de manera decadente, otras casi retratista, pero el texto no ha cambiado, ahí tenemos siempre un bocado de realidad, crudo, de difícil digestión. ¡Que aproveche!




4 comentarios:

Patricia dijo...

Me han entrado ganas de volverla a ver :)

Alexandre Vaudeville dijo...

La película no está mal como apertitivo a los cómics o como complemento, aunque a mi lo que me interesa es bucear en las viñetas porque he leído algo pero me quiero poner serio!

A videar tocan!

Lou dijo...

me da verguenza reconocer que no veo cine..pero no es porque no me guste....tengo que vivir 150 años por lo menos, tengo tantas cosas que hacer...

Alexandre Vaudeville dijo...

No te avergüenzes de esto, en todo caso si de mirar la Tv (eso si que es una pérdida de tiempo y neuronas).

La peli es viejuna, pero si te va el rollete vale la pena verla.

Todos tenemos tantas cosas que hacer y tan poco tiempo... Necesitaría una vida sin trabajar para poder hacer la mitad de las cosas que tengo en mente.

Saludos!